Valle del Draa

Impresionante con paisajes y aldeas tradicionales.

El comienzo de una odisea: Adentrándonos en el Valle del Draa
A medida que nos acercamos al Valle del Draa, la vastedad del paisaje nos toma por sorpresa. Las imponentes montañas del Anti Atlas se desvanecen gradualmente para dar paso a un extenso valle cubierto de palmeras y antiguos kasbahs.

El Oasis: Un refugio verde en medio del desierto
Paseamos entre miles de palmeras datileras, maravillándonos con el contraste de este verde oasis en medio del desértico paisaje. El suave murmullo del río Draa nos acompaña mientras tocamos las frescas hojas de las palmeras y saboreamos los dulces dátiles directamente del árbol.

Historia grabada en piedra: Los Kasbahs del Draa
Cada kasbah que encontramos cuenta una historia. Estas fortificaciones de tierra y paja, con su arquitectura de torres almenadas, parecen surgir directamente del suelo. El eco de antiguas leyendas bereberes resuena en sus muros mientras exploramos sus pasillos estrechos y patios sombreados.

La vida en el valle: Encuentro con los locales
Los habitantes del Valle del Draa nos reciben con una hospitalidad genuina. Escuchamos las risas de los niños jugando y el murmullo de las conversaciones cotidianas. Una familia nos invita a su hogar, donde nos sirven un delicioso cuscús y nos comparten sus tradiciones y relatos.

Despedida bajo un cielo estrellado
Al caer la noche, el Valle del Draa se transforma en un tapiz de estrellas. Nos tumbamos en la arena fresca, mirando el cielo y dejándonos llevar por la serenidad del lugar. Con el alma llena de gratitud y asombro, prometemos regresar a este rincón místico de Marruecos.