Taroudant

A menudo referida como la ‘hermana pequeña’ de Marrakech.

La Muralla que nos da la Bienvenida: Primer Contacto con Taroudant
Al aproximarnos a Taroudant, las impresionantes murallas de la ciudad se alzaban ante nosotros como guardianes silenciosos del tiempo. Las puertas talladas y las torres nos recibieron, prometiendo historias y aventuras ocultas dentro.

Un Paseo por la Historia: La Medina Antigua
Camino a la medina, nuestros pies resonaban en las ancestrales calles de piedra, mientras los aromas de especias y flores frescas se mezclaban en el aire. Las casas de terracota y los patios sombreados nos ofrecieron refugio del sol del mediodía.

Ecos del Zoco: Ritmo y Color
En el zoco, el bullicio de las voces y el regateo se fusionaban con el tintineo de las campanillas y el golpeteo de los artesanos trabajando el cuero y el metal. Los brillantes tejidos y cerámicas se desplegaban ante nosotros como un arcoíris terrestre.

Oasis de Sabor: La Cocina de Taroudant
Nos aventuramos a probar los manjares locales en un rincón acogedor. Los sabores del tajine de cordero y las aceitunas, combinados con el frescor del té de menta, nos envolvieron en un abrazo cálido y especiado.

Toque Natural: Jardines y Palmerales
Más allá de la ciudad, los verdes palmerales y jardines nos ofrecieron un respiro sereno. El murmullo del agua de los riachuelos y el suave roce de las hojas contra nuestra piel nos conectaron con la tierra fértil de Taroudant.

Despedida Bajo las Estrellas: Noche en Taroudant
Con el cielo estrellado como dosel, nos recostamos en una azotea local. Los sonidos nocturnos, desde las risas distantes hasta las melodías suaves de una guitarra, nos arrullaron. Sabíamos que, aunque nuestra visita a Taroudant había sido breve, los recuerdos y sensaciones perdurarían en nuestros corazones.